
La pirosis, comúnmente conocida como acidez estomacal, es una queja frecuente en la práctica clínica. Se caracteriza por una sensación de ardor en el pecho que puede irradiarse hacia el cuello o la garganta, y suele estar asociada al reflujo gastroesofágico (RGE). En este artículo, exploraremos qué es la pirosis, sus síntomas y los tratamientos disponibles para controlarla. Si te interesan temas de esta especialidad, inscríbete al curso gratuito: Neurogastroenterología 2025.
¿Qué es la pirosis?
La pirosis es un síntoma, no una enfermedad, que generalmente surge debido al contacto prolongado entre el contenido ácido del estómago y la mucosa esofágica. Este proceso ocurre con frecuencia cuando el esfínter esofágico inferior (EEI) no cierra adecuadamente, permitiendo el reflujo hacia el esófago.
Factores de riesgo asociados a la pirosis
Algunos factores comunes que pueden predisponer a la aparición de la pirosis incluyen:
- Consumo de alimentos irritantes como grasas, cítricos, café o alcohol.
- Obesidad o sobrepeso.
- Consumo de tabaco.
- Uso de medicamentos como antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o relajantes musculares.
- Posición horizontal o acostada después de comer.
Estos factores pueden desencadenar episodios recurrentes si no se corrigen adecuadamente.
Síntomas de la pirosis
La pirosis se manifiesta principalmente por una sensación de ardor en el tórax. A continuación, destacamos los síntomas más comunes:
Síntomas típicos
- Ardor retroesternal: Sensación quemante que puede extenderse desde el epigastrio hacia el tórax y cuello.
- Regurgitación: Retorno de contenido gástrico hacia la garganta o la boca, dejando un sabor ácido o amargo.
Síntomas atípicos
En algunos casos, la pirosis puede estar acompañada por síntomas menos comunes, como:
- Dolor en el pecho no cardíaco.
- Tos crónica.
- Ronquera o irritación de garganta.
- Sensación de "nudo" en la garganta.
- Dificultad para tragar (disfagia) o dolor al tragar (odinofagia).
Estos síntomas suelen indicar un estadio más avanzado de reflujo gastroesofágico y, en ocasiones, la presencia de complicaciones como esofagitis o el esófago de Barrett.
Tratamientos disponibles para la pirosis
El manejo de la pirosis requiere un enfoque multifacético que incluya modificaciones en el estilo de vida, opciones farmacológicas y, en casos más graves, tratamiento quirúrgico.
1. Modificaciones en el estilo de vida
Son las primeras recomendaciones y pueden aliviar significativamente los síntomas:
- Evitar alimentos y bebidas que empeoren los síntomas (grasas, cítricos, cafeína, alcohol).
- Comer porciones pequeñas y evitar acostarse inmediatamente después de las comidas.
- Elevar la cabecera de la cama al dormir para prevenir el reflujo nocturno.
- Perder peso, en caso de obesidad.
- Dejar de fumar.

2. Tratamiento farmacológico
Cuando las modificaciones no son suficientes, el uso de medicamentos resulta imprescindible.
Antiácidos
-Ejemplo: Hidróxido de aluminio o magnesio.
Son ideales para el alivio rápido de los síntomas ocasionales al neutralizar el ácido gástrico.
Bloqueadores de los receptores H2
-Ejemplo: Ranitidina o famotidina.
Reducen la producción de ácido gástrico; efectivos principalmente en casos leves a moderados.
Inhibidores de la bomba de protones (IBP)
-Ejemplo: Omeprazol, esomeprazol, pantoprazol.
Considerados el tratamiento más eficaz, especialmente en pacientes con episodios frecuentes o complicaciones.
3. Tratamiento quirúrgico
En casos severos o cuando el tratamiento médico no alivia los síntomas, se considera la cirugía:
- Fundoplicatura de Nissen: Refuerza el EEI al envolver una porción superior del estómago alrededor de la base esofágica.
- Técnicas mínimamente invasivas: Como el sistema LINX, que utiliza un anillo de imanes para mejorar la función de la barrera antirreflujo.
Abordaje integral para el manejo de la pirosis
La pirosis, aunque común, no debe ser subestimada debido a su potencial impacto en la calidad de vida y sus posibles complicaciones. Para los médicos, es fundamental identificar los casos de pirosis persistente o recurrente, abordar su causa subyacente y optar por un plan de manejo personalizado que integre cambios en el estilo de vida y terapias farmacológicas, reservando la cirugía para los casos más graves.
Para profundizar en las guías más recientes sobre el manejo de la pirosis, se recomienda revisar las pautas de asociaciones como la Asociación Americana de Gastroenterología (AGA).
Referencias
American Gastroenterological Association. (2021). Guidelines on GERD management.
Vakil, N., van Zanten, S.V., Kahrilas, P., Dent, J., & Jones, R. (2006). The Montreal definition and classification of gastroesophageal reflux disease (GERD). The American Journal of Gastroenterology, 101(8), 1900–1920.
Katz, P.O., Gerson, L.B., & Vela, M.F. (2013). Guidelines for the diagnosis and management of gastroesophageal reflux disease. The American Journal of Gastroenterology, 108(3), 308–328.