
Las fracturas son una de las lesiones más comunes que se presentan en la consulta de ortopedia y requieren de un cuidado meticuloso para asegurar una recuperación eficaz y la correcta funcionalidad de la extremidad afectada.
Este artículo es una guía que explora las técnicas quirúrgicas y las opciones de tratamiento disponibles para el manejo de fracturas, diseñada para ortopedistas y residentes en cirugía que buscan profundizar sus conocimientos y habilidades.
Introducción al manejo de fracturas
El manejo adecuado de las fracturas empieza con una evaluación detallada de la lesión, teniendo en cuenta factores como la ubicación, el tipo de fractura, edad y estado de salud general del paciente, así como su nivel de actividad y expectativas. Las decisiones terapéuticas deben estar basadas en evidencia y orientadas hacia el mejor resultado a largo plazo.

¿Qué hacer en el consultorio?
Desde el momento en que el paciente llega al consultorio, es fundamental realizar una evaluación inicial meticulosa para determinar si se está frente a una fractura. Esto comienza con una historia clínica detallada, indagando sobre el mecanismo de la lesión, la presencia de dolor, incapacidad para mover la extremidad afectada, y cualquier sonido o sensación anormal en el momento de la lesión.
Posteriormente, se debe proceder a una inspección visual y palpación cuidadosa, buscando signos de deformidad, hinchazón, hematomas o alteración de la función. La utilización de técnicas de imagen como radiografías, y en algunos casos más específicos, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC), son cruciales para confirmar el diagnóstico de fractura, detallar su tipo y guiar el tratamiento apropiado.
Técnicas quirúrgicas avanzadas
Las técnicas quirúrgicas para el tratamiento de fracturas han evolucionado notablemente, ofreciendo a los especialistas una variedad de opciones para abordar diferentes tipos de lesiones.
Osteosíntesis con Placas y Tornillos
La fijación interna mediante placas y tornillos sigue siendo uno de los métodos más frecuentemente utilizados. La elección de la placa depende de la ubicación de la fractura y puede ser fija o con capacidad de compresión para promover la cicatrización ósea.
Enclavijado Intramedular
El enclavijado intramedular se utiliza comúnmente para fracturas de huesos largos como el fémur y la tibia. Esta técnica brinda un soporte interno robusto, permitiendo una recuperación y movilidad temprana.
Fijación Externa
La fijación externa es una opción para fracturas con un alto grado de conminución o cuando el uso de técnicas de fijación interna no es viable. Su uso también es común en el manejo de fracturas abiertas y en el control provisional en politraumatizados.
No Quirúrgico: Inmovilización y Rehabilitación
En algunos casos, la cirugía no es necesaria y la fractura puede ser manejada con inmovilización mediante yeso o férulas. La rehabilitación juega un papel crucial para restaurar la movilidad y prevenir complicaciones como la rigidez articular o la atrofia muscular.
¿Cómo hacer una inmovilización?
La inmovilización de una fractura busca evitar el movimiento de la zona afectada para facilitar el proceso de cicatrización. Para realizar una inmovilización efectiva, es importante seguir estos pasos:
- Evaluar cuidadosamente el área afectada y determinar el tipo de inmovilización necesario, ya sea mediante yeso o férulas.
- Asegurar que la zona a inmovilizar esté limpia y seca, aplicando una capa de algodón o material similar para proteger la piel.
- Colocar el material de inmovilización, ya sea yeso o una férula, adaptándolo a la forma de la extremidad para asegurar una fijación adecuada sin comprometer la circulación sanguínea.
Tipos recomendados de inmovilización
- Yeso: Usualmente empleado en fracturas de extremidades, proporciona un soporte firme y es efectivo en la mayoría de las fracturas que no requieren cirugía.
- Férulas: Ofrecen una alternativa menos restrictiva al yeso, son ajustables y se utilizan en casos de fracturas menores o cuando se espera hinchazón.

Ejercicios para rehabilitar
La rehabilitación es fundamental para recuperar la movilidad y fortaleza muscular después de una fractura. Algunos ejercicios recomendados incluyen:
- Ejercicios de rango de movimiento: Iniciar tan pronto como lo permita el dolor, para mantener la movilidad articular.
- Fortalecimiento muscular: Utilizando bandas de resistencia o ejercicios isométricos, comenzar de forma gradual para fortalecer los músculos afectados sin sobrecargar la fractura.
- Ejercicios de propiocepción: esenciales para recuperar el equilibrio y la coordinación, especialmente en fracturas de los miembros inferiores.
Es vital seguir siempre las recomendaciones de un profesional de la salud para asegurar una recuperación óptima.
Tratamiento basado en la evidencia
Una revisión sistemática de la literatura médica revela que las elecciones de tratamiento deben incluir la consideración de evidencia sólida. Las líneas guía actualizadas y los consensos son herramientas fundamentales para apoyar la toma de decisiones clínicas.
Desafíos especiales en manejo de fracturas
El tratamiento de fracturas pediátricas, fracturas periarticulares y fracturas en pacientes con osteoporosis presentan desafíos únicos. En estos casos, el manejo quirúrgico debe adaptarse a las particularidades anatómicas y fisiológicas de los pacientes.
El manejo de fracturas representa una parte esencial de la práctica ortopédica. Mantenerse al tanto de las técnicas quirúrgicas avanzadas, así como las opciones de tratamiento conservador, asegura que el paciente reciba el mejor cuidado posible, fomentando una recuperación óptima y el retorno a sus actividades diarias.
Fuentes:
- Martínez, A., & Rodríguez, B. (2020). Tratamiento de fracturas en la práctica clínica. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
- López, S., & Fernández, G. (2018). Fracturas y luxaciones en pediatría: Un enfoque práctico. Barcelona: Elsevier España.
- Gómez, C. (2019). Manejo de la osteoporosis en el contexto de las fracturas por fragilidad. Journal of Bone and Mineral Research, 34(3), 443-450.